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Muchas fueron las conferencias que pronunció a través de su  trayectoria, como periodista y orador brillante, en los más importantes eventos que formaron parte de la historia de la cultura argentina. Pero sólo nos referiremos a la que pronunció el 4 de julio de l970 en el Salón Peuser, con motivo de un nuevo aniversario de la celebración de la independencia, sobre “La Pulpería, mojón civilizador”. Tal fue el aporte sobre la importancia de este lugar de encuentro de paisanos, puebleros y viajeros rurales, en la historia de la patria vieja, que fue editada por la Editorial República de San Telmo, con un enjundioso prólogo de Lizardo Zia. El libro fue presentado a poco de su muerte, que se produjo el 20 de octubre de 1970.

 

En el suplemento literario del diario Clarín del 21 de enero de 1971, comenta la exitosa aparición del libro con un artículo titulado ”Patria con Caña y Guitarra, la pulpería, mojón civilizador, de León Bouché”, el periodista Vicente Trípoli, de esta manera:

 

“Un trozo de historia de la patria vieja es esta crónica de pulperias y pulperos escrita por León Bouché y que ahora a parece publicada cuando su sutor ya no puede gozar íntimamente de su contexto. Pues “La Pulperia, mojón civilizador”, se convierte por la fatalidad de las cosas humanas en el primer homenaje a la memoria del periodista que poco tiempo atrás habia cumplido cincuenta años en la profesión y supo decir a los amigos reunidos alrededor de la mesa afectuosa, palabras adecuadas a las circunstancia: ”En el momento en que sumo cincuenta años de oficio, siento que estoy al comienzo de una etapa, cuando en realidad estoy al final”. Intuición, predicción, autoconciencia, no sabemos. La verdades que la suerte jugó sus dados y León Bouché perdió la partida de ver su libro editado.

 

En este tema de las pulperías, nuestro autor sostuvo la tesis de pulpería como sinónimo de centro civilizador en su época. Bouché nos dice en estas páginas que la pulpería fue lugar de reunión para puebleros y rurales en una especie de encuentro “masivo” dentro de la gente de pueblo. De esta manera se cambiaban informaciones del campo y la ciudad, se hablaba de “la política” y se confraternizaba con autenticidad.

 

Bouché cuenta, además que estos apostaderos para hombres-machos, ejercieron en las más diversas actividades en beneficio de los pobladores cercanos, especialmente las pulperias adentradas en el campo. Pudieron ser en ese sentido almacén, posta, matadero, curtiembre, mercado, saladero, acopìadero de cereales, banco y hasta club social.

 

En el capítulo “Alma, espíritu y corazón de las pulperías”, León Bouché comprobó en sus búsquedas sobre la naturaleza esencial de ellas que ese ambiente acogedor, donde se rompía de alguna manera la soledad del trabajador rural, el gaucho también solía encontrar motivos de amor ya sea por pasajeras, al caso o por pulperitas donosas, algunas de las cuales llegaron a tener celebridad en los contornos pueblerinos.

 

A lo largo de las páginas de “La pulpería, mojón civilizador”, se enumeran famosas “esquinas”, donde se bebía vino “Carlon”, se jugaba al truco, se improvisaban décimas en la guitarra se conocian vidas y milagros de la tierra argentina y alguna vez también, se “liquidaban” pleitos personales a cuchillo, en homenaje al ya acendrado “culto nacional del coraje”, que tenía resonancia en otros aspectos de la vida argentina. “

 

“Anécdotas reveladoras aporta Bouché en su crónica sobre el carácter de hombres y mujeres de entonces, y todo lo hace con la convicción de que en esta remembranza sobre la patria vieja existen virtudes que deben perdurar en las promociones nuevas. Su amor por esta forma de tradición le habia hecho fundar en su casa de Moreno, la ”Pulpería del Pago Chico”, reconstruida con elementos folklóricos -auténticos- con el fin de que el sentido de fraternidad que simbolizó la presencia del pulpero en otro tiempo de audaces y decididos, perdurara por lo menos entre sus hijos y nietos.

 

Este “mojón civilizador” sirvió de amparo en el “ tiempo de coraje”, como lo define Bouché al peón de campo y al gaucho solitario, al desamparado y al que cuerpeaba la justicia. ”Se hizo guapo el cobarde. Se hizo justo el valiente”.

 

Indudablemente León Bouché nos hubiera entregado grandes crónicas en lo futuro, donde quedaría reflejada, sin duda su gran experiencia periodística. Falta ahora que un inteligente hurgador de archivos, nos traiga mas respuestas con otras obras inéditas del gran periodista desaparecido”  

Pulpería del Mojón Civilizador

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